2007/03/20



“EL SOLSTICIO DE INVIERNO”


Comencemos por saber de donde derivan las palabras Solsticio e Invierno. El término Solsticio viene del latín SOLSTITIUM, Sol que significa el astro y STITIUM que significa estático, o sea “Sol inmóvil”, en esos momentos el Sol cambia muy poco su declinación de un día a otro y parece permanecer en un lugar Norte o Sur del Ecuador celeste. La palabra Invierno viene del Latín HIBERNUM, que significa tiempo frío que mantiene el terreno sin verde.
El 21 de Junio es el Solsticio de Invierno en el hemisferio Sur y el Solsticio de Verano en el hemisferio Norte. El 21 de Diciembre es el Solsticio de Verano en nuestro hemisferio y esa misma fecha corresponde al Solsticio de Invierno en el hemisferio Norte. Estas dos fechas marcan el comienzo del Invierno y verano y el punto de inflexión en la lucha eterna entre el día y la noche.

Los Solsticios determinan las dos grandes fases en que la naturaleza ofrece los cambios y contrastes más notables y opuestos: fenómenos sorprendentes y siempre admirables que, bajo distintas formas y alegorías han conmemorado todos los Pueblos. En el Solsticio de Invierno, el Sol se aleja de nuestro Cenit para prodigar sus rayos fecundadores en otro hemisferio, nuestros campos pierden sus mantos de esmeralda, nuestro cielo se cubre de brumas, el cierzo paraliza el crecimiento de las plantas, al detener la circulación de la sabia que las nutre y la tristeza tiende por todas partes su cendal grisáceo.

Desde el principio de la humanidad, el hombre se interesó por los distintos fenómenos cósmicos y trato de comprender a través de ellos los cambios que se producían en la naturaleza y en si mismo.

La lucha por la subsistencia, lo llevo a buscar en los elementos naturales respuestas a sus interrogantes de orden práctico y divino. Más tarde mentes más sensitivas e intuitivas, escudriñaron la bóveda celeste y reconocieron la influencia del Sol, la Luna y los astros en el notable comportamiento de la Naturaleza.

Dentro de su primitivo razonar, el hombre pudo ir diferenciando los periodos que se repetían en forma cíclica y modificaban la Naturaleza. Los ordenó y clasificó, creando mecanismos que podían medir estos tiempos; prueba de ello son las ruinas de Stonge, las Pirámides egipcias, los templos Incas, las ruinas de Tiwanaku, los templos Mayas, etc., llegando luego a la creación de calendarios que permitieron prever dichos cambios.

Como podemos imaginar, la vida del hombre estaba determinada totalmente por la Naturaleza, ya que su techo era el cielo, y su cama el duro suelo, la observación del cielo era muy importante para la agricultura, debido a ello, se crearon los calendarios como el Maya, que era incluso superior a la de nuestro actual calendario, llamado Gregoriano instituido por el Papa Gregorio XIII, alla por el año 325 D.C., dando lugar a los Solsticios y Equinoccios.

Los Solsticios son en verdad, ciclos de luz y sombra, indicando con ello que se producirá un cambio en el comportamiento de la vida en la Tierra. En el Solsticio de Invierno los animales mudan su pelaje, las semillas se preparan para comenzar a crecer, En la cosmovisión originaria, nosotros también debemos reflexionar sobre el periodo que se va y purificarnos con el nuevo Sol que nace.

Los pueblos originarios de América del Sur, tales como: los Quechuas, los Aimaras, los Kollas y los Mapuches que tienen una economía agraria celebran en esta fecha el año nuevo indígena, como una época de renovación y purificación. El Solsticio de Invierno es el punto en el cual el Sol esta más lejos de la Tierra, siendo el día más corto del año y la noche más larga. De ahí en adelante el Sol, Chau Antu y el Tata Inti, inicia su acercamiento hacia el planeta. Este fenómeno natural marca la finalización del periodo de cosecha y el principio de una nueva época de siembra.

El pueblo Kolla tiene una gran variedad de rituales y festividades, que son casi desconocidas ante los ojos del mundo. Los Kolla que habitan en la pre-cordillera de la III región de Chile, también celebran el inicio de un nuevo ciclo marcado por el Solsticio de Invierno. Esta ceremonia llamada Huata Mosoj, se realiza al amanecer y es dirigida por un Yatiri, encargado espiritual del pueblo Kolla.

A principios de Junio se realiza el Qoyllor Rit’i, una de las ceremonias indígenas más importantes en el ámbito latinoamericano, debido a que aún conserva sus prácticas originales. Se trata de un ritual de purificación, cuyo nombre significa en español “Lucero de nieve resplandeciente”. Este ceremonial, cuya fecha se fija de acuerdo al calendario lunar, tiene la particularidad de realizarse en el nevado de Apu Ausangati, a 4.700 metros sobre el nivel del mar, en el departamento de Cuzco Perú. El Qoyllor Rit’i es la apertura oficial del Inti Raymi.

El pueblo Quechua celebra el Inti Raymi el 24 de Junio, y la ceremonia central se realiza en el Cuzco Perú. Para ello la comunidad deberá esperar durante la noche fría altiplánica del 23 de Junio, el amanecer, momento de la llegada del Tata Inti.

En Tiwanaku, Bolivia se celebra entre el 20 y 21 de Junio el regreso del Sol, denominado “Wilka Kuti”. Originalmente se realiza el marat’aqa, o el agradecimiento al Sol y la Pachamama por las cosechas. A partir de ese momento se inicia la nueva siembra. Es el Sol el que debe dar energía para una buena cosecha. La tierra provee como una madre por ende se le debe pagar. Dentro de la cosmovisión andina, el hombre no puede vivir sin pagar a la tierra. Es una filosofía de reciprocidad para vivir en armonía, que se refleja en el año nuevo andino.

Como hemos visto, históricamente desde la antigüedad hasta nuestros días, el Sol ha sido considerado como generador de luz y calor o sea VIDA, celebrado en todos los cultos y religiones, bajo distintas formas y alegorías desde los egipcios que celebraban estas fiestas con el nombre de HELIOTROPOS o Mesas de Sol. Simbolizando este mismo hecho en el Nuevo Testamento con la mesa de los 12 discípulos (12 signos zodiacales) y su SOL CENTRAL. En Tiwanaku la Puerta del Sol, representaba para los antiguos Kollas, una Puerta Astral, justo en el momento en que atraviesan por ella los primeros rayos de Sol.

Esto precisamente es el Solsticio, es una puerta a otro nivel de vibración, es una puerta de los cielos, es otra manifestación cíclica.

Las antiguas Escuelas de Misterios enseñaban un sistema peculiar de moralidad, velado en alegorías e ilustrado por símbolos. La moralidad se relaciona o actúa sobre la mente carácter o voluntad. Pero como recientemente vimos, nuestra mente esta bajo la influencia de no sólo del medio ambiente que nos rodea, sino también de todo un ciclo universal. “Como arriba, así es abajo” es una de las leyes universales más importantes. Nos enseña que como parte del universo, no sólo estamos bajo su influencia sino también bajo sus leyes. Para actuar correctamente o para relacionarnos con nuestra mente carácter o voluntad, necesitamos conocer las leyes que regulan el universo.

En esta evocación del Solsticio de Invierno, pongo énfasis en la necesidad de que todos los ciclos de la naturaleza de deben repetir en forma regular, como también en nuestras almas.

Entramos en conos de sombra, transitamos por senderos de tinieblas en busca de la verdad y de la luz y allí es donde encontramos o encontraremos si sabemos buscar, el verdadero sentido esta sublime manifestación.

Son tantas las analogías que pudieran citarse, a través del Solsticio de Invierno, en este caso en particular deberíamos recordar a los griegos, que para ellos el Invierno era el genio del mal. No lograron ver la manifestación de la naturaleza, tal como ocurre en la reproducción del ser humano; es decir, el eterno caminar, nacer, vivir, reproducirse y morir. Para ellos, el genio del mal estaba encerrado en un témpano de hielo, en donde no se produce nada. Yo pregunto ¿ acaso el hielo no es nada más ni nada menos que el elemento vital llamado agua en un estado diferente?. Más bien deberíamos replantear que ese témpano es una reserva de vida, y de esa forma seríamos sumamente positivistas.

El amor a la humanidad también es digno de recordar en el Solsticio de Invierno. Ese amor es el que abre la Gran Puerta al templo de la Concordia, lugar de renovación espiritual efectiva, que permite formar en un futuro, seres humanos capaces de multiplicar los valores. Este es nuestro que hacer en la búsqueda de la perfección, debe ser permanente y nuestro objetivo es la humanidad; la herramienta principal para ello, es la Institución que nos cobija.

Si la naturaleza se renueva en el lapso de un solsticio a otro; nosotros como parte de ella que somos, debemos ser capaces de renacer en este período que cíclicamente se da cada año. Esto ya lo hemos vivido, cuando entramos en cada instante de nuestras vida a un periodo de reflexiones. Es ahí donde experimentamos nuestro primer solsticio de invierno, tuvimos el tiempo para reflexionar, estuvimos en plena oscuridad y simbólicamente hasta morimos, como lo hacen las semillas en la tierra helada del invierno. Recorrimos tres viajes con la esperanza de encontrar la luz, la que finalmente se nos otorgo haciéndonos renacer a un mundo nuevo. Mundo que simbólicamente hablando representa el Solsticio de Verano. Luego entramos a una etapa de crecimiento donde empezamos a aprender las potencialidades morales, espirituales e intelectuales.
Si observamos la naturaleza en su conjunto, ésta se renueva cada año y el ciclo de la vida se repite, cada especie animal o vegetal se reproduce y está mejora preparada que la anterior generación, se produce entonces los que llamamos el proceso de evolución. Pero, ¿Qué pasó con nosotros los humanos? hos dejo como interrogante para cada uno de ustede


Texto extraido de una presentacion de Alfonso Vargas S. ( Stgo Chile 2006 EV)

1 comentario:

Anónimo dijo...
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